Foto de Santiago Calatrava por Tmagazine
Hoy vamos a repasar algunos de los momentos más icónicos del polémico arquitecto valenciano Santiago Calatrava, y es que sus engordados presupuestos y la función poco práctica de algunos de sus edificios le han llevado en más de una ocasión a ser el centro de atención de los medios, por no hablar de algunas de sus declaraciones y actos, como cuando se supo que guardaba su dinero en Suiza, tal y como recogió El Pais.
Ahora vamos a repasar algunas de las mayores meteduras de pata de este arquitecto:
1. Puente de Zubizuri
Foto de Bilbahoiria
Este puente que atraviesa el Nervión posee una pasarela cubierta de cristal, lo cual le da un aspecto muy original pero carece de sentido, ya que cuando llueve (algo de lo más común en la Bilbao) la pasarela se convierte en una trampa resbaladiza ¡Qué práctico!
Para colmo, no solo le costó a la ciudad de Bilbao 3.215.414 euros, sino que hay que añadirle los 300.000 euros que el Ayuntamiento de Bilbao ha tenido que invertir en reparar las losetas en solo diez años. Además, con el fin de salvar el desnivel con la zona del Ensanche, se tuvo que añadir una nueva zona a la pasarela peatonal, lo que ocasionó que el diseñador Calatrava denunciara al Ayuntamiento. Este pleito se saldó con una indemnización de 30.000 euros para el arquitecto.
Como vemos estas imágenes, Calatrava ha repetido este puente allá donde ha podido: en todos ellos vemos un puente blanco con un sólo pilar que actúa de contrapeso para una gran longitud de puente gracias a un número de puentes.
Si bien podría ser considerado una marca de la casa, su firma personal, una forma de reconocer su obra arquitectónica por el mundo, también puede ser considerado reiterativo y perezoso, ya que cada uno de estos puentes no ha resultado baratito precisamente, por no hablar del caso de Jerusalén, en donde el puente no dialoga en absoluto con el entorno.
3. Palau de Les Artes
El Palau de les Arts costó 478 millones de euros, más de cuatro veces lo presupuestado inicialmente, y es que es muy común que el arquitecto no haga ni caso a los presupuestos que se le fijan, como pasó con el rascacielos Torso de Malmo, que estaba pensado para ser un bloque de viviendas de coste normal, pero los pisos tuvieron que ser vendidos como oficinas y pisos de lujo debido al coste que supuso.
Volviendo al Palau, este le ha llevado a Calatrava a numerosos problemas legales, ya que la información sobre los contratos y pagos recibidos por la Ciudad de las Artes no existen, además, como los honorarios del arquitecto no eran fijos, sino que se vincularon al coste final, todos los sobrecostes le supusieron beneficios económicos.
Y lo peor no acaba aquí, sino que tal y como vemos en la imagen, el revestimiento se cae a pedazos, ya que Calatrava cometió un error al combinar acero y cerámica ; esto supuso la filtración de agua, que llevó a la cancelación de la ópera Manon Lescaut (la gracia costó 623.000) además de .
Una vez que ya hemos visto estos ejemplos, y teniendo en cuenta que esto solo son una pequeña parte de todas las meteduras de pata del arquitecto, cabe preguntarse por qué no se le siguió contratando tantas veces por parte de las instituciones españolas, ¿por qué no se plantearon otros candidatos? Posiblemente sea un reflejo de la ausencia de iniciativa, de intento de innovación que muchas veces mueve al ser humano. Si tiene fama será que es bueno, no puede fallar pensarían. Pues bien, en este caso no solo fallo sino que también sale caro.
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